martes, 6 de abril de 2010
35.Religión y estado en el renacimiento
Se produce un proceso de secularización, tanto en el pensamiento como en su actitud ante el mundo, lo que no implicó la irreligiosidad o el ateísmo, que son fenómenos raros en el Renacimiento. La religión se convierte en asunto privado, adoptando una actitud de indiferencia y de desprecio hacia la autoridad de la Iglesia (esta es una raíz del protestantismo junto al pesimismo que angustia la conciencia al ver el destino fijado desde la eternidad y que nada lo puede modificar). Esta concepción del hombre es antirrenacentista y antimoderna y es precisamente este determinismo lo que impidió a Erasmo el adherirse al protestantismo. Tanto la reforma como la Contrarreforma son dos movimientos religiosos que ven al hombre y el mundo desde un prisma de Fe, no de Razón. El hombre renacentista adopta una actitud racional ante el mundo, pero sin abandonar la fe religiosa. Esta actitud, está en línea con la tradición clásica y su línea fue el del retorno a los clásicos, lo que permite sustituir el principio de la autoridad (método medieval) por el de libre investigación. Los filósofos humanistas situaron a los clásicos en el lugar que les correspondía. Aristóteles es visto como un gran filósofo, pero no como la encarnación de la ciencia, es simplemente un gran hombre; se dan cuenta de las limitaciones de las doctrinas de los antiguos y la reflexión y la experiencia personal se utilizan como nuevos métodos del pensamiento. Los renacentistas son conscientes de que todo está en duda, el nuevo orbe filosófico permite separar la filosofía renacentista de la escolástica medieval, tanto en los temas como en la metodología, pero sigue existiendo una problemática heredada en parte por la filosofía medieval cristiana (Preocupación por el lugar que ocupa Dios en el esquema de las cosas). La filosofía humanista fue el primer paso de un desarrollo intelectual en la línea de un pensamiento secular moderno; la rebelión no es tanto contra Dios como contra sus representantes e intermediarios, es decir contra los teólogos y la Iglesia. En el Renacimiento se dio importancia al hombre, a su dignidad y a su lugar predestinado en el Universo. En la Edad Media la dignidad del hombre no estaba en la libertad y capacidad de crear sino en ser una criatura hecha a imagen y semejanza de Dios. La vida antigua fue Cosmocéntrica La vida medieval fue Teocéntrica La vida moderna fue Antropocéntrica Con la era cristiana la razón griega queda oscurecida durante siglos. Pero el espíritu que había dado vida al pensamiento filosófico griego renacerá con fuerza y los hombres continuarán el interrumpido proyecto que los filósofos griegos estudiaron como el orden de la razón. El mundo moderno utilizará la razón científica como base de su filosofía; comienza hacia el 1400, durando hasta el 1650, cuando la mentalidad renacentista triunfa definitivamente sobre las tradiciones clericales de la Edad Media. Durante este largo período el pensamiento europeo sufrirá una profunda transformación que produce una nueva mentalidad. El Renacimiento afecta a las estructuras básicas de la sociedad y la cultura, comprendiendo la vida cotidiana y la mentalidad diaria, la práctica de las normas morales y de los ideales éticos, las artes, las ciencias, etc.. El Renacimiento es la primera etapa del proceso de transformación del feudalismo al capitalismo; su ruptura con el mundo medieval se produce en todos los órdenes de la cultura renacentista, pero hay que tener presente que el Renacimiento es un período complejo, plural, donde lo viejo y lo nuevo se mezclan y se entrecruzan. Los comienzos del S. XV son de gran actividad creadora, aunque también de gran confusión, al tener que acostumbrarse a las nuevas perspectivas vitales (interpretación del hombre, del Cosmos...). En este siglo hay una doble vida: La supervivencia de la vida medieval y el Renacimiento de una nueva vida. El hombre que mejor representa a esta época en la que los individuos tienen conciencia de estar situados en los confines de dos mundos es Pico Della Mirandola. Se produce una situación en el límite de dos formas de vida, generando contradicciones (Paganos y Cristianos). Pese a ello hay una clara conciencia de estar al final de un mundo y el comienzo de otro; esta conciencia es la que caracteriza a los hombres renacentistas.
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