martes, 19 de enero de 2010
20. La historia del islam: el periódo clasico (VII Y VIII)
El Islam clásico es un periodo de tiempo en la Historia de la civilización islámica que comienza en la Arabia pre-islámica. Las tribus árabes con Mahoma a la cabeza comenzaron en el siglo VII (primero de la Hégira) un movimiento (a la vez migratorio, de expansión cultural y religiosa y de conquista militar) que duró nueve siglos; hasta finales del siglo XV, en que, por un lado se produce el fin del Reino de Granada (último reino musulmán de Al-Ándalus, 1492), y por otro comienza el apogeo del Imperio otomano (toma de Constantinopla, 1453).
Los árabes que habitaban la Península Arábiga no formaban una nación ni un Estado. Formaban diversas tribus dispersas e independientes (unas eran nómadas y otras sedentarias) y en continuas luchas. Estas tribus no reconocían un poder que fuera común a todas ellas. Las tribus nómadas del desierto, los llamados beduinos, constituían un grupo social de unos 3.000 miembros; dicho grupo estaba a su vez dividido en familias pero unido por la herencia de sangre, que se transmitía por vía paterna. La relación entre las distintas tribus fue siempre difícil e inestable. Las características de estas tribus de beduinos eran, además de la unión de la sangre, el sentido de la hospitalidad, el tener siempre presente el honor y el valor guerreros, y el aprecio a la poesía y a la elocuencia, facultades éstas que sirvieron como instrumentos en la memoria colectiva del pueblo árabe. Las tribus sedentarias vivían en el Yemen, al suroeste, y en los principados del norte (en realidad en estos principados las tribus eran seminómadas) que se relacionaban con Persia y Bizancio. El Yemen servía de enlace entre las rutas marítimas y las rutas de caravanas. Dichas tribus, después de tiempos de esplendor desaparecieron como entidades independientes ante la supremacía y presión de los persas en el primer tercio del siglo VI. Por otra parte, la ciudad de La Meca (مكة), así como las ciudades del desierto centro-occidental, en esa misma época, prosperaron en gran manera a la sombra de las rutas caravaneras. Las tribus se fueron haciendo sedentarias y los mercaderes formaron una nueva entidad social acumulando riquezas y olvidando un tanto los viejos valores nómadas.
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